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lunes, 18 de septiembre de 2017

El huracán que se enamoró de una mariposa.

Un huracán estaba enamorado de una mariposa de alas jaspeadas de nácar y de plata. Arrastrado por su pasión, el enamorado suspiraba con tal fuerza que su soplo alejaba más y más a la frágil y espléndida mariposa hasta situarla fuera de su alcance. Entonces corría y soplaba, y cada vez la ligera mariposa se alejaba más de él. Desesperación del viento. Desesperación del huracán que no pudo alcanzar lo que amaba. Un día, arrojó sobre el mundo un tornado tan fuerte que la débil mariposa se vio arrastrada por él hasta morir, clavada en un matojo de espinas. Una acerada punta le atravesó el corazón y allí murió, con las alas dislocadas entre las espinas. El huracán, inconsolable, nunca llegó a comprender por qué la mariposa se alejaba siempre de él.